6/19/2007

Tiempos volátiles.Relaciones personales online.

Frágiles, desesperados, inauditos, mortalmente humanos
Enviado por: John Miles
Nadie quiere una terapia de amor que dure más que una sesión de chat. Hay terapias alternativas, hay nuevas religiones y espasmódicos romances a lo que dé el ancho de banda.
Simulacros de paraísos, pequeños y módicos amores textuales.
Estamos tan solos al cobijo de un monitor… Amas de casas conectadas, hombres solos en gabinetes privados, la soledad se escurre entre nick y nick, creemos creer, sospechamos de la diversidad de la oferta.
Todos somos como aquel personaje de Cervantes Saavedra el Licenciado Vidriera (se lo recomiendo). Frágiles, desesperados, inauditos, mortalmente humanos.
No dudo de que Internet acercará corazones, encontrará lo que la distancia dispersó.
Tampoco dudo de que otras almas encallarán en la realidad de sus vidas.
Internet es un invento de los humanos, no es regalo de los dioses. No esperen encontrar allí sino lo que la naturaleza humana tiene para dar. John Miles

Comentarios
Lo hacés sonar muy triste y patético. Internet es un ámbito en donde uno proyecta todas sus ilusiones de encontrar "esa" persona afín, perfecta, aquella que el mundo real no puede brindarnos porque o bien no existe o bien no somos capaces de buscarla.
Por mi parte, no me siento aludida por esto. Cuando comencé a utilizar internet era muy jovencita y odiaba a la gente que buscaba pareja por chat. Hubo un tiempo en que dejé de conocer gente por la red porque me molestaba la típica charla en donde te evalúan como potencial chica para salir cuando ni siquiera accediste a ello. Siempre utilicé internet como un medio para pasar el rato, que no es mucho mejor que eso de buscar pareja. Y en esos ratos en que bajé la guardia conocí personas afines y, en apariencia, perfectas, los sentimientos se involucraron de manera indebida y terminé cayendo en la misma red que todos. Aunque nunca hice nada al respecto, sólo esperé que esos sentimientos se esfumaran con los años, aún quedan vestigios, pero me digo que fui sensata al "olvidarme", porque no es la manera en que quiero conocer a mi "hombre ideal". No es la manera en que siempre lo soñé. Estoy chapada a la antigüa y quiero conocer a alguien de carne y hueso y no hecho de pixeles.
Internet es un mero refugio de nuestra propia soledad, es interesante lo que podemos encontrar en ese refugio, pero nada debería reemplazar a lo real: a una mirada, a una sonrisa, a todo lo que somos.
Saludos... Publicado por: Daniela | Junio 13, 2007 7:01 PM

Estimado JOHN MILES:
Y sí, internet es un invento de los humanos. Pero qué gran invento. Amén de todas las bondades que te otorga como laborales, culturales, de investigación, de adquirir conocimiento, y muchas otras, te da la posibilidad de mantener lazos afectivos. Yo soy porteña y vivo en Mendoza desde hace 16 años. Tengo una hija en Tarragona, otro en Valencia y otro en Capital Federal y la más chica conmigo. Imaginate lo que sería para mí si no existiera esto. Estaría todavía con las cartas que pueden llegar a tardar un mes. No sabés lo que es para mí poder verlos por la webcam mientras hablamos, poder llorar juntos cuando tienen alguna dificultad o un toque de extrañeza de amor de familia, o poder reír juntos a carcajadas ante situaciones que lo merezcan; poder mostrarles a sus perros, cómo está la casa con algunas nuevas variantes, poder cantarles el feliz cumpleaños a través del monitor.
Y, en mi caso en particular, no sabés la cantidad de buena gente que he encontrado en mis momentos de soledad. Gente inteligente, culta, respetuosa, afectiva, con los mismos valores que los míos, profesionales de toda índole, gente de distintas culturas para compartir conocimientos, de distintas religiones, de distintas edades. Yo saco provecho de todo. Y, aprendo mucho, de cada uno algo distinto. Siempre hay algún conocimiento para adquirir.
En fin, no quiero extenderme más si no, mis amigas STELLA, WOMAN Y CHERRY me van a gastar porque escribo muy largo!
BACI PER TUTTI, STEKI. Junio 13, 2007 7:46 PM

ÉL y ELLA se conocieron casualmente porque siempre tomaban el mismo colectivo, a la misma hora, en el mismo lugar.
Siempre hubo cruce de miradas, de gestos, situaciones que los hacían cómplices de esos momentos silenciosos.
Hubieran podido seguir así durante mucho tiempo, llenando el mundo con sus gestos y silencios, de no ser porque un día que ELLA le contó a EL que acababa de instalar Internet.
Al día siguiente EL le mandó un e-mail breve, para simplemente saludarla y darle la "bienvenida" a la "red".
ELLA, novata en estas cosas, ignoraba los efectos que generaba este nuevo "juguete". Empezó a teclear carta tras carta sin darse cuenta de la extraordinaria sucesión de intimidad que el hilo cibernético iba creando.
¿Por qué?. Simplemente porque el correo electrónico establece una comunicación inmaterial y limpia, instantánea, extracorpórea; es como lanzar al aire un pensamiento puro, sabiendo que alcanzará el cerebro del otro de inmediato. Es un espejismo telepático.
Si la pasión amorosa es siempre una invención, no hay como poner distancia con el objeto amado para convertirlo en algo irresistible.
Y así fue. ELLA comenzó a inventar y escribir palabras cada vez más atrevidas para un ÉL cada vez más inventado. Fue cediendo más y más al espejismo amoroso y cibernauta, hasta perder pie por completo. Le enviaba arodorosas cartas electrónicas, sin querer advertir que él se iba "retirando" más y mas con sus embestidas verbales.
Los mensajes de ÉL eran cada vez más breves, más secos, más tardíos. Pero ELLA no asumió como afrenta su creciente austeridad expresiva: Es pasmoso lo mucho que aguantamos, en el amor, cuando estamos dispuestos a mentirnos.
ÉL comenzó a "faltar" a la "cita" del colectivo; y, las veces que se cruzaban, los trayectos se convirtieron en algo embarazoso. Allí, a la cruda luz de la mañana, entre el sudor y el olor a sueño de los otros viajeros, zambullidos en la mera realidad, ya no sabían de qué hablar, como mirarse, qué hacer o qué decir; tanto los había sobrepasado, en su atrevimiento, la escritura y el ensueño cibernético. Es decir, el de ELLA, porque ÉL hacía malabarismos con sus cartas para quedarse siempre en un perfecto limbo entre lo cariñoso y lo remoto. Nunca terminaba sus mensajes con nada más caliente ni más íntimo que un muy cauteloso "cuídate".
Qué extraña es la pasión. Desde niños llevamos una necesidad frenética de entregarnos al Otro. A ese Otro, que está dentro nuestro y no es más que vacío, lo intentamos encontrar por todas partes: nos lo inventamos en compañeros de trabajo, en nuestros vecinos...
Ahora bien, cuando ese perfecto extraño no responde a nuestra necesidad y nuestra fabulación, entonces nos embarga la tristeza más honda y más elemental, esa desolación que Dios debió de crear en el Primer Día. Desciende la melancolía del desamor sobre nosotros como una lluvia comparable a la del Diluvio Universal.
Tan antigua y tan primordial es esta sensación, que muchos la descubren cuando se conectan a internet.
NOTA: Esta es una adaptación que escribí y resumí para poder publicar aquí, basada en un cuento de Rosa Montero..
Espero que les haya gustado. Me pareció una historia que se ajusta muy bien al tema que se plantea en este y otros posts anteriores.
Saludos W39

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