9/26/2007

mas cairo


La Capital ::: on line
24 de septiembre de 2007
Quiere que el matrimonio dure 7 años y que sea renovable como un plazo fijo

Una diputada alemana sorprendió al proponer que el matrimonio tenga una validez legal de siete años, luego de los cuales podría ser confirmado o anulado, en un proyecto que ya generó un acalorado debate en Alemania, que promete extenderse a otras latitudes.

   Gabriele Pauli, una diputada alemana de 50 años, saltó a las primeras páginas de la prensa de ese país con su propuesta de que los matrimonios no sean “hasta que la muerte nos separe”, según puede leerse en la edición de ayer del diario El País de España.

   “Propongo que el matrimonio se venza después de siete años. Esto significa que uno podrá comprometerse por un período determinado y luego podrá renovar los votos, si así lo desea”, declaró Gabriele Pauli.

   El planteamiento llama la atención por el contexto político y social en el que se mueve Pauli: la conservadora Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), el partido más conservador y a la derecha del espectro parlamentario alemán.

   Pauli milita en la CSU desde hace 30 años y desempeña el cargo electivo de jefa de distrito en la ciudad de 100 mil habitantes Fürth, en la región de Franconia en el Estado Libre de Baviera.

    Sus resultados electorales como jefa de distrito son extraordinarios: 50,4% en 1990; 59,1% en 1996 y 65,4% en 2002. Además, Pauli ocupa un puesto en la presidencia de la CSU.

   El pasado 12 de julio Pauli presentó su candidatura para suceder Edmund Stoiber en la presidencia de la CSU, que disputa a dos pesos pesado del partido y se decidirá en el congreso que comienza hoy.



El amor dura siete años. Pero Pauli mantiene su candidatura y se reafirma en las bondades del matrimonio a plazos: se evitan los engorrosos divorcios y mantener una ficción cuando ya no existe el amor que, según afirma, suele durar unos siete años. l
envi

Gmail - [Pagina12WEB] Noticia enviada por Miriam
Contratapa | Miércoles, 26 de Septiembre de 2007 Mariposas negras Por Miriam Cairo

Revelación

Cuando una culona oprime el mentón, los senos y el ano, el vello de su cuerpo sufre una erección. Esos delgados pelos rasgan la invisible lámina de aire que los cubre y emiten un sonido apenas perceptible por el propio oído. Esta sola experiencia justificaría la existencia del universo. Ignoramos el sentido de la vida, ignoramos el sentido de la muerte, pero hay algo en la rigidez del vello que concuerda con la erección de los hombres. Invitamos a los lectores a poner más atención en esta reveladora costumbre antes que en los hábitos más insignes de los monstruos locales.

Armonía

Una culona es la criatura más armoniosa de la zoología humana. El descubrimiento de esta especie requirió siglos. Algunos museos exhiben sus cuerpos desnudos, honrados por el trazo estremecido de Schiele. Si bien todos creemos que forman parte de una casta de divinidades menores, recordemos que las culonas no son cabras aladas que habitan los mares de la luna.

Estos seres vivos integran una especie alarmante de la humanidad. De todas las fábulas sobre su origen, la más conocida es la más asombrosa: la primera culona fue la imagen deliberada que una mujer tuvo de sí misma y no un accidente religioso.

Oropéndola

Cuando una culona levanta los muslos, un animal de tres pies, aunque uno de ellos de dimensiones menores y con cabeza de pájaro rapado, se paraliza (se para y se alisa), se vuelve palo carnoso, escupidor de mantecas. El garañón, al doblar el cuerpo sobre esa masa de sueños, se deshace en hilos blancos que ungen, por dentro y por fuera, el nido de oropéndola.

Umbral

Para algunos lectores, una culona es la magnificación, y hay quienes han pensado (yo misma, incluso) que las culonas son una especie fabulosa, un género fabuloso, la encarnación de la ternura sexual y del lúbrico encantamiento.

Dios creó la tierra, creó los cielos, creó las aguas y creó el sol. Creó el hombre, creó la mujer pero no pudo crear una culona. La culona tuvo que hacerse a sí misma. Soplarse a sí misma. Inventarse un paraíso, expulsarse del paraíso y habitar por fin, su propio mundo de majestuoso erotismo.

Desfloraciones

Aunque la repetición no sea una conducta que las caracterice, estas magníficas criaturas tienen ciertos comportamientos típicos. Cuando una culona está enamorada de un hombre, mueve el pie de un lado a otro trazando círculos infernales en el suelo. Luego apoya las plantas sobre la luna (o sobre el parqué) y se le estiran los dedos mientras echa la cabeza hacia atrás. Entonces cierra los ojos y sobre su retina, imágenes espontáneas inician un desfile afortunadamente nocturno. Comienza así una ondulación que vuelve insaciable sus caderas. Su mano purísima frota las humedades virginalmente desfloradas repitiendo siempre el mismo nombre. Funda su amor en un rito que ya nadie podría acusar de imaginario.

Heroica

Cierta vez, una culona alta y esbelta, con sus bellas piernas ceñidas en medias de seda, vuelta apenas hacia mí, se encontraba de pie sobre su tristeza y no cayó. No hizo más que permanecer de pie sosteniendo todo el talle de su cuerpo y de su alma. El suelo, como un hombre sin brazos, sin corazón, sin coraje, permaneció por completo tendido bajo sus plantas, imposibilitado de ser otra cosa más que final de un abismo.

Aullidos

Hasta ahora hemos concebido a las culonas como la realización de un anhelo pero algo tienen de humanas, algo tienen de lobo. Se cree que en su origen, mujer y lobo fueron uno y los dioses recelosos de tan temible suavidad, los dividieron en dos. En ese momento, todas las mariposas que estaban en el aire se hicieron negras para evidenciar el duelo. En un libro de brutales antecedentes se afirma que la culona fue hecha de un colmillo lobuno, pero nosotros ni siquiera pensamos que una mujer o una culona puedan ser una mitad. Lo que sí es cierto es que las culonas, en noches de luna, en atardeceres de tempestad, en mañanas arrancadas de las agendas, no pueden contener sus candorosos aullidos de perdición.

cairo367@hotmail.com


Powered by ScribeFire.

No hay comentarios.: