11/02/2007

Afirman que los celos moderados son beneficiosos para la pareja

YA NO SE LOS CULPA DE GENERAR CONFLICTOS INNECESARIOS NI DE PONER EN PELIGRO UNA RELACION

Los expertos dicen que demuestran sabiduría emocional
y que sirven como mecanismo de defensa y de protección. Sin embargo,
los celos excesivos son fuente de desdicha y a veces de tragedias
pasionales.
Parece que los celos dejaron de tener mala prensa. Ya no se los culpa de generar conflictos innecesarios ni de poner en peligro una relación. Más bien todo lo contrario.
"Los celos moderados revelan sabiduría emocional y sirven como
mecanismo de defensa y de protección de la pareja", aseguró María
Martina Casullo, doctora en Psicología, investigadora del CONICET y
profesora emérita de la Universidad de Buenos Aires. ¿Será que ahora
celar un poquito equivale a piropear a la persona amada?


"No hay duda alguna que los celos excesivos llegan a ser destructivos y patológicos,
pero los sentimientos moderados actúan como signos de compromiso e
interés por el otro, por la pareja. Nada es tan pernicioso para una
convivencia sana en pareja que la indiferencia hacia los vínculos
posibles y probables que el otro/ la otra puedan llegar a fantasear",
sostuvo Casullo en un texto que publicó en una revista de la UBA.
En un lenguaje menos académico, Casullo amplió a Clarín: "No hay nada peor para una pareja que a uno le importe un pepino lo que hace el otro. Por eso, sentir un poco de celos puede ser sano".
Casullo
no es la única en la Argentina que le encuentra un lado provechoso a
los celos. El médico psicoanalista Juan Carlos Volnovich apuntó: "Son
un rasgo positivo porque están en el repertorio de afectos. En una
época en la que todo importa un comino, los celos están diciendo algo".
De
acuerdo a Volnovich, "hoy el gran problema es que las relaciones no
dejan huella. Por eso se ve tanta tolerancia a las relaciones intrascendentes
dentro de relaciones estables. Antes hasta había celos retrospectivos.
Un hombre podía sentirse celoso por los otros hombres que habían estado
antes que él con su mujer o por no haber sido él que la que desvirgara".
Sigue Volnovich. "En los jóvenes no hay celos al estilo tradicional
de la posesión al ser amado. Las relaciones son muy lights, están muy
atenuadas. A los chicos les importa tres pepinos si su pareja antes
tuvo tres novios o si estuvo con tres al mismo tiempo. Ahora todo esto
es aceptado, pero claro que puede ser con dolor".
También
la doctora Ana María Muchnik, coordinadora del Departamento de Familia
y Pareja de la Asociación Psicoanalítica Argentina, ponderó cierto
aspecto de los celos: "Son hasta casi naturales en una relación de
pareja bien avenida". Y agregó: "Lo peor es la indiferencia. Son válidos y nutrientes del vínculo en sí, siempre que no se desborden".
Ahí parece estar una de las claves. Es que los celos pueden pasar de moderados a desbordarse, a ser patológicos.
"Hay
celos -afirmó Muchnik- que nutren a la pareja porque se pueden razonar,
compartir y hablar. Pero hay otros que la enferman: cuando el otro pasa
de ser una persona a ser un objeto de persecución, sospecha y angustia de su pareja".
El psicólogo social Luis Buero coordina un taller en el hospital Tornú cuyo nombre ya lo dice todo: "Cuando los celos te carcomen.
Taller de reflexión grupal sobre los celos en los vínculos cotidianos".
Allí, todas las semanas se desahogan decenas de personas que por culpa
de sus celos -nada mesurados- perdieron, o están a punto de hacerlo, a
sus parejas. Se ven casos extremos, como gente que no quiere que sus parejas estudien, trabajen, salgan o miren "Bailando por un sueño" (Ver Historias...)
Dijo
Buero: "Los celos moderados son inevitables y un reclamo de atención
hacia el vínculo. Pero también están los patológicos, donde se llega a la violencia verbal y física de manera constante.
En los patológicos se produce el autosecuestro del celado. Para no
tener conflictos, el celado deja de hacer cosas, como de trabajar o
estudiar".
Pero también hay expertos que no le encuentran ningún costado positivo
a los celos, sean moderados o patológicos. "En sí mismos, como estado
intrínseco de desconfianza, no ayudan a vivir ni ayudan a las
relaciones", dijo el psicólogo Guillermo Vilaseca, coordinador de
grupos de reflexión para varones.
"Es peligroso -sostuvo
Vilaseca- decir que los celos denotan cuánto la gente se quiere porque
alguien que no los siente puede pensar que no ama bastante. Suena a una
concepción del amor de Romeo y Julieta: amabas de verdad si sufrías".
Según un estudio de 2004, al 82 por ciento de las argentinas les molestaba más la posibilidad de que sus parejas se enamorasen de otra persona
que tuvieran un encuentro sexual ocasional. Sólo al 52 por ciento de
los hombres, en cambio, contestó que les afectaba más que sus parejas
se involucrasen afectivamente que tuviesen sexo con otro. Es que más
allá del cambio en la concepción de los celos, algo sí parece
inalterable: a las mujeres aún les afecta más el engaño emocional que el sexual.



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