Las razones que impiden aclanzar el orgasmo, tanto en mujeres como en hombres, son variadas. La
sobreexigencia por alcanzarlo, la vertiginosidad de la vida cotidiana, la falta de encuentro con el
otro, son algunas, entre otras causas más psicológicas. Lo cierto es que
tanto ellos como ellas reconocen que no siempre lo alcanzan, y los
especialistas hablan de una realidad que afecta cada vez más a la sociedad actual.
“Por nervios, porque es un encuentro con alguien casual que no te atrae mucho, por
estar borracho... son varias las ocasiones en las que no suelo llegar, aunque la mayoría de las
veces sí lo hago”, dice a
Perfil.com, casi como que atajándose, Javier Camacho, un publicista de 26 años.
Sin embargo, los hombres siguen siendo quienes alcanzan más el orgasmo que las mujeres. No es
casual, por caso, que una reciente encuesta haya revelado que
la media mundial sitúa la frecuencia del orgasmo masculino en un 63 por ciento, mientras
que la mujer lo alcanza en sólo un 32 por ciento, según lo revelaron hace un mes los
diarios españoles
El Mundo
y
La Vanguardia
.
“Creo que el 99% de los hombres con los que estuve siempre acabaron, pero yo no siempre
llegué. La mayoría de las veces que me pasó eso fue porque ellos terminaron rápido o porque les
gusta siempre una pose que a mí no me termina de calentar, o son hombres demasiado obsesivos, y eso
no calienta”, cuenta, sin pelos en la lengua, Alma García, una médica de 31 años.
Según datos aportados a
Perfil.com por el doctor Adrián Sapetti, director del Centro Médico de Sexología y
Psiquiatría (y quien dirige el sitio
www.sexovida.com),
entre un 6 y un 11% de las mujeres nunca han tenido un orgasmo, entre un 7 y un
22% no alcanzan el orgasmo por medio del coito pero sí por otros medios, y entre un 10 y un 22%
tienen orgasmos coitales pero de manera irregular. Los hombres, por caso, no lo hacen entre un 5 y
un 10%, mientras que
entre un 15 y un 20% tiene problemas de eyaculación precoz.
“Es una problemática que se ve bastante y que puede estar asociada a distintos
factores”, explica Sapetti, y destaca que las causas psicológicas pueden estar relacionadas
con conflictos edípicos, fobias sociales y sexuales, ataques de pánico, antecedentes de abuso
sexual o violación, depresión y personalidades obsesivas, entre otras. Pero aclara que si bien
muchos de estos problemas “pueden haber sido gestados en la infancia, otros son más actuales,
o situacionales”.
En este sentido, la psicoanalista Any Krieger, miembro de la
Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) e investigadora
de las costumbres sexuales de los porteños, señala: “La sexualidad contemporánea no por ser
libre es menos accidentada. Sumado a que hoy parece ser que para alcanzar una sexualidad plena
existe como condición la culminación del acto sexual”, señala la especialista, y recalca:
“En la actualidad
la vida vertiginosa y exigente incide sobre la sexualidad. Y además, se
ha instaurado junto con la libertad sexual una exigencia de llegar al orgasmo como sea, y
no sólo de llegar, sino en muchos casos se trata de una alcanzar una maratón de orgasmos,
algo que no siempre se puede alcanzar porque no tiene que ver sólo con lo fisiológico, sino que
tiene que ver con cada uno y con cada uno con cada otro”.
sobreexigencia por alcanzarlo, la vertiginosidad de la vida cotidiana, la falta de encuentro con el
otro, son algunas, entre otras causas más psicológicas. Lo cierto es que
tanto ellos como ellas reconocen que no siempre lo alcanzan, y los
especialistas hablan de una realidad que afecta cada vez más a la sociedad actual.
“Por nervios, porque es un encuentro con alguien casual que no te atrae mucho, por
estar borracho... son varias las ocasiones en las que no suelo llegar, aunque la mayoría de las
veces sí lo hago”, dice a
Perfil.com, casi como que atajándose, Javier Camacho, un publicista de 26 años.
Sin embargo, los hombres siguen siendo quienes alcanzan más el orgasmo que las mujeres. No es
casual, por caso, que una reciente encuesta haya revelado que
la media mundial sitúa la frecuencia del orgasmo masculino en un 63 por ciento, mientras
que la mujer lo alcanza en sólo un 32 por ciento, según lo revelaron hace un mes los
diarios españoles
El Mundo
y
La Vanguardia
.
“Creo que el 99% de los hombres con los que estuve siempre acabaron, pero yo no siempre
llegué. La mayoría de las veces que me pasó eso fue porque ellos terminaron rápido o porque les
gusta siempre una pose que a mí no me termina de calentar, o son hombres demasiado obsesivos, y eso
no calienta”, cuenta, sin pelos en la lengua, Alma García, una médica de 31 años.
Según datos aportados a
Perfil.com por el doctor Adrián Sapetti, director del Centro Médico de Sexología y
Psiquiatría (y quien dirige el sitio
www.sexovida.com),
entre un 6 y un 11% de las mujeres nunca han tenido un orgasmo, entre un 7 y un
22% no alcanzan el orgasmo por medio del coito pero sí por otros medios, y entre un 10 y un 22%
tienen orgasmos coitales pero de manera irregular. Los hombres, por caso, no lo hacen entre un 5 y
un 10%, mientras que
entre un 15 y un 20% tiene problemas de eyaculación precoz.
“Es una problemática que se ve bastante y que puede estar asociada a distintos
factores”, explica Sapetti, y destaca que las causas psicológicas pueden estar relacionadas
con conflictos edípicos, fobias sociales y sexuales, ataques de pánico, antecedentes de abuso
sexual o violación, depresión y personalidades obsesivas, entre otras. Pero aclara que si bien
muchos de estos problemas “pueden haber sido gestados en la infancia, otros son más actuales,
o situacionales”.
En este sentido, la psicoanalista Any Krieger, miembro de la
Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) e investigadora
de las costumbres sexuales de los porteños, señala: “La sexualidad contemporánea no por ser
libre es menos accidentada. Sumado a que hoy parece ser que para alcanzar una sexualidad plena
existe como condición la culminación del acto sexual”, señala la especialista, y recalca:
“En la actualidad
la vida vertiginosa y exigente incide sobre la sexualidad. Y además, se
ha instaurado junto con la libertad sexual una exigencia de llegar al orgasmo como sea, y
no sólo de llegar, sino en muchos casos se trata de una alcanzar una maratón de orgasmos,
algo que no siempre se puede alcanzar porque no tiene que ver sólo con lo fisiológico, sino que
tiene que ver con cada uno y con cada uno con cada otro”.
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