8/28/2011

La Ciudad En Rosario el matrimonio dura cada vez menos. La Capital

Que el matrimonio ya no sea un vínculo de por vida no
parece una novedad. Pero que las uniones sean cada vez más breves sí se
muestra como una tendencia nueva. "Los casos de divorcios entre parejas
muy jóvenes son frecuentes en los últimos años", coinciden en asegurar
jueces y abogados de Familia. Imposibilidad de convivir, infidelidad o
problemas sexuales marcan las historias de amores y desamores en una
sociedad donde la fugacidad del tiempo aparece como un signo
característico.


En los pasillos de Tribunales la tendencia al
divorcio joven ya se ganó un nombre: "matrimonios exprés". Y algunos
llevan ese adjetivo al máximo, tanto que el plazo legal de tres años de
unión para iniciar el divorcio de mutuo acuerdo ya parece excesivo. Al
menos eso fue lo que entendió el juez de Familia Ricardo Dutto, quien
esta semana avaló la separación de una pareja que llevaba sólo seis
meses de casada, abriendo todo un debate jurídico sobre la potestad de
declarar inconstitucional el artículo del Código Civil que establece ese
período mínimo para iniciar el trámite de divorcio.


Es que mientras algunos magistrados entienden que
deben aplicar la ley tal cual fue redactada y, en todo caso, si debiera
aplicarse una modificación que lo haga el Parlamento; otros se muestran
más flexibles respecto a la interpretación de la norma. Entienden que no
se ajusta a la dinámica social actual y la declaran inconstitucional,
como lo hizo Dutto.


Más allá de la discusión legal, el divorcio parece
cada vez menos traumático. De hecho, desde hace años, la mayoría de las
separaciones se inician de común acuerdo, dejando atrás los conflictivos
juicios contenciosos donde uno de los integrantes de la pareja debía
demostrar la causa del divorcio.


Los magistrados consultados coincidieron en señalar
que quienes llegan a pedir la disolución del matrimonio son cada vez más
jóvenes. En general, ni él ni ella pasan los 30 años, no tienen hijos
(o son muy pequeños) ni grandes bienes en común y llevan muy poco tiempo
de casados. En algunos casos, menos del que demandó organizar la boda.


Cambio de modelo. Mirta Mangione
dirige el Centro de Investigación de Minoridad y Familia de la Facultad
de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. "Hay una gran cantidad
de parejas jóvenes que conviven unos años, después se casan y al poco
tiempo se divorcian —asegura—. Es como que no hay una gran reflexión
previa. Y entonces las uniones no subsisten".


Para Mangione, todos estos cambios guardan relación
con la pérdida de poder masculino dentro de las parejas. "Hoy las
mujeres trabajamos, estamos en contacto con otras realidades, conocemos y
deseamos otras cosas. Antes aguantaban más. Si tenés un marido celoso y
mandón que te somete, un poco de preparación y una familia que te
banque, te lo sacás de encima”, dice.


   El otro aspecto está relacionado con
transformaciones en la forma de constituir una familia. “Cuando se
aprobó el Código Civil, en 1869, la única forma de constituir una
familia era a partir del matrimonio, las mujeres podían casarse a partir
de los 14, los hombres a los 16.


   Los concubinatos no estaban socialmente aceptados y
los hijos de esas uniones eran bastardos. Hoy, para casarse hay que
tener 18 años y no es necesario que la pareja sea entre un varón y una
mujer. Tampoco los hijos nacidos fuera del matrimonio tienen distinta
categoría jurídica ni es necesaria una relación sexual para tener un
hijo, hay otras formas”, comenta.


   Nuevos tiempos, velocidad o cuestiones efímeras.
Algo es seguro, el matrimonio dura cada vez menos y en Tribunales las
jóvenes parejas generalmente se ponen de acuerdo para disolver su unión.
En fin, como dijo la canción: “Nada es para siempre”.


Hasta por internet


Si los matrimonios duran poco, la demanda de los clientes de agilizar
los trámites de divorcio también se hace sentir. Ya hay estudios
jurídicos que ofrecen formularios de contacto de solicitud de divorcio y
atención on line para iniciar la gestión judicial. La iniciativa partió
de un estudio rosarino y está principalmente dirigida a personas que no
viven en la ciudad, pero por la característica del servicio la mayoría
de las consultas llegan de personas jóvenes "que apenas alcanzan a los
tres años para separarse de mutuo acuerdo, e incluso muchas otras que no
tienen ese tiempo de casados y quieren saber cómo hacer para
divorciarse", sostiene Gonzalo Jeangeorges, uno de los profesionales que
integra abogadosrosarinos.com.


De acuerdo a su experiencia, la mayoría son parejas que no han tenido
hijos y los problemas aparecen porque "no tienen paciencia ni
tolerancia a la convivencia, plantean inconvenientes referidos al débito
conyugal de alimento o vivienda. Y también muchos están relacionados
con la vida sexual de la pareja".


"Claudican ante el primer inconveniente"


Dos jueces de Familia de Rosario avalaron la tendencia que indica que
los matrimonios duran cada vez menos y las parejas se divorcian
jóvenes, pero también incorporaron a las generaciones de entre 40 y 45
años entre los que deciden ir cada uno por su lado.


   “En los últimos años se advierte un crecimiento de parejas jóvenes
que quieren divorciarse. Como en el resto de la sociedad, hay algo
vinculado a lo efímero, a la cultura del fast food, todo rápido.
Claudican ante el primer inconveniente, no trabajan demasiado para
superar los problemas de la convivencia y se separan”, explicó el juez
Marcelo Molina, integrante del Tribunal de Familia Nº 5.


   Su par y compañera de juzgado, Sabina Sansarricq, describió que
“las audiencias duran cada vez menos. Vienen más desenvueltos, con los
hijos de ambos, las parejas que formaron después de la ruptura o incluso
con hijos de nuevas uniones. Se saludan cordialmente y el clima es
ameno”.


   Aunque la magistrada recordó que no todo es tan distendido. “Las
infidelidades están presentes y es cada vez más normal que se traiga
como prueba la impresión del muro de los perfiles de Faceboock u otra
red social, para dejar constancia de conversaciones comprometedoras”.
Igualmente, los funcionarios coincidieron en que ese elemento tiene un
“relativo valor probatorio”, por la facilidad que también existe para
inventar un perfil.

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