11/15/2010

pareja a la terapia

Por Juan Yesnik
Especial para RevistaOhlala.com


Como en cualquier orden de la vida, hay problemas leves, moderados o graves. Cada quien sabrá, por sus costumbres y estilos de personalidad, cuán más graves puedan llegar a ser. El sexo es cuerpo y cerebro y, en todo trastorno sexual que pueda presentarse habrá que abordar las posibles causas biológicas, las "del bocho" y las del contexto social y cultural. Todas ellas, juntas o separadas, configuran la relación emocional y sexual con uno mismo, con la pareja o con nuestro grupo de pertenencia.

Por esto, ante todo, tenemos que dejar en claro que en una terapia sexual, sea cual sea el motivo de consulta, se necesita de una rigurosa evaluación clínica y psicológica. Por dar tan sólo un primer ejemplo, muchos trastornos sexuales tienen origen somático, producto de algún cuadro de ansiedad o estrés. De hecho, las últimas historias clínicas revelan que hoy son más influyentes los factores de estrés y consumo de la modernidad que cualquier otro factor específicamente biológico.

Para terminar de entender la confluencia de distintos factores desencadenantes de cualquier conflicto, muchas veces con una pastilla azul se consigue la respuesta vascular, pero no siempre alcanza para dar por terminado el conflicto.

En los años 50, William Masters y Virginia Johnson convirtieron en los pioneros de la terapia sexual. Llegaron a estudiar actos sexuales en vivo para conocer más de cerca las costumbres del coito y sus posibles abordajes cuando algo deja de ser placentero para convertirse disfuncional.

Investigadores, inmediatamente posteriores, plantearon que hay una serie de estrategias cognitivas que permiten superar cualquier dificultad. En la terapia sexual, después de identificadas las causas del conflicto, lo que se propone es que quien consulta pueda resignificar aquello que hoy le inhibe la posibilidad del goce. Sentimientos, deseos, emociones, pensamientos, mandatos, costumbres (y tantas cosas más) se enfrentan a la hora de detectar y combatir aquello que nos perturba y nos trajo hasta aquí.

En el ranking de motivos de consultas, las mujeres manifiestan preocupación por la falta de deseo y por no alcanzar el orgasmo, los hombres suelen presentar trastornos de erección y eyaculación precoz. Pero hay más. Otros conflictos que aparecen en la terapia en forma recurrente son:
  • La preocupación por la orientación o identidad sexual
  • Problemas de comunicación con la pareja
  • Conductas fóbicas o panicosas a la hora de "pensar en" o "tener" sexo
  • Trastornos con el peso, la imagen y la aceptación del cuerpo
  • Comportamientos compulsivos o de adicción al sexo
  • Experiencias sexuales traumáticas del pasado (violaciones, abuso, maltrato físico, etc.) que configuraron las relaciones posteriores

El objetivo de la terapia es solucionar estas preocupaciones y recuperar o, en muchos casos, permitirse comenzar con una vida sexual plena y saludable.

Paso a paso

Luego de identificar el verdadero origen de los trastornos (muchas veces los motivos de consulta no son del todo claros o están encubiertos), el terapeuta definirá una hora de ruta en torno a distintas propuestas terapéuticas.

Cada trastorno necesita de una o varias técnicas en particular. Así como hablamos, en términos generales, de la necesidad de resignificar ideas y creencias, habrá que pensar también en programas educativos sobre sexualidad y trabajos individuales y en pareja para repensar los vínculos y la comunicación.

En muchos casos, fuera de la hora de terapia en sí misma, el profesional puede sugerirle al paciente una serie de actividades o tareas para el hogar. Estos ejercicios ayudarán a encontrar o descubrir los deseos o sensaciones perdidas o tan añoradas.

Todos, en algún momento de la vida, podemos padecer algún trastorno o disfunción sexual. Dependerá de nosotros la magnitud que alcance el conflicto y las ganas de aprender a vivir sin restricciones, temores o culpas. Por lo pronto, ante la duda, la consulta. La información siempre disminuye la incertidumbre y, cuánto menos dudas, temores e incertidumbre, más cerca se está de la meta.

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